lunes, 24 de mayo de 2010

Los primeros misioneros


En 1769 encontramos de nuevo noticias sobre la región que con el tiempo se llamaría valle de Tijuana; en el diario de Fray Junípero Serra encontramos la siguiente anotación: "Día 1° de Julio (1769) sábado, octava de San Juan Bautista, emprendimos de buena mañana nuestra última jornada [...] no lejos de la boca donde estaban dando fondo los paquebotes San Carlos y San Antonio". (estaban fondeadas las naves en la Bahía de San Diego).

El territorio era atendido material y espiritualmente por la Misión de San Diego de Alcalá que en su frontera sur llegaba a cinco leguas antes del arroyo de San Juan Bautista y por lo tanto comprendía el Valle de Tijuana, esa era al mismo tiempo la frontera o demarcación entre la Alta y la Baja California establecida en el concordato firmado el 7 de Abril de 1772, entre los frailes dominicos y franciscanos, acuerdo legalizado por el virrey Antonio Bucareli y Ursúa. Aún cuando la demarcación entre las dos Californias es confusa se da por sentado que el valle de Tijuana formaba parte de la Alta California.

En su paso hacia el territorio franciscano de la Alta California, Fray Francisco Palou señaló físicamente el término entre ambas californias el 19 de agosto de 1773, con una gran cruz que colocó en las peñas del cerro que queda frente a los médanos, en lo que después se llamó "El Descanso". En tal virtud, pertenecían a la circunscripción territorial de la Misión de San Diego de Alcalá las rancherías o campamentos indígenas de La Punta, Milijó, Tía Juana, Otay, San Isidro, Quanayuel, San Antonio Abad o San Antonio de los Buenos, Rosario, Jamul y Tecate.

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